Es uno de los emblemas del tapeo en Burgos por su ambiente castizo y sobre todo por las que, para muchos, son las mejores patatas bravas de la ciudad (y del mundo).
El secreto está en la salsa secreta que Presentación Salazar, fundadora y dueña del Mesón Burgos, guarda celosamente. Como ella misma destaca, esta receta está patentada y, salvo los que están entre los fogones, nadie más la conoce. Es más, aquellos que entran a trabajar en la cocina son advertidos de que la fórmula no puede salir de esas cuatro paredes. ‘Estas cosas son como la moneda o la Coca Cola, hay mucha gente trabajando, pero nadie puede decir cómo se hacen’. Aun así, muchos son los que intentan sacar la receta con más o menos fortuna, aunque nunca es igual que la original.